Además de una correcta gestión y un elevado compromiso con las comunidades de propietarios, existe otra labor crucial a desarrollar en la administración de fincas: un buen manejo de las habilidades sociales. Las capacidades orientadas hacia dichas habilidades representan un valor añadido muy importante que puede ser aportado por el administrador de fincas a las comunidades de propietarios.
Una comunidad de propietarios no deja de ser una organización humana en la que las relaciones pueden llegar a ser muy complejas, especialmente debido a la dificultad para encontrar puntos de acuerdo entre los diferentes intereses. La capacidad para gestionar los conflictos se convierte así en una necesidad en muchas comunidades de propietarios.
Las destrezas sociales permiten construir y generar confianza, resolver conflictos o, simplemente, no generarlos. El administrador de fincas debe mantener una distancia y un equilibrio emocional ante las problemáticas de los propietarios, especialmente en las Juntas, y aplicar sugerencias que faciliten la comunicación y mejoren el adecuado desarrollo de las reuniones y de los proyectos a llevar a cabo. El administrador nunca debe ser un obstáculo en la negociación, sino más bien un puente entre los diferentes intereses que facilite el acercamiento de posturas y el acuerdo en beneficio de la Comunidad. Igualmente, tampoco ha de defender otros intereses que no sean los propios de la Comunidad de propietarios, puesto que una de sus principales funciones es el mantenimiento del valor de la finca.
CAUSAS Y ELEMENTOS DE UN CONFLICTO
Las causas más habituales en el origen de los conflictos de una comunidad no son muy diferentes de los que podemos encontrar en cualquier conflicto social. Habitualmente tienen tres orígenes principales:
Una tarea emergente en la administración de fincas, y aún no muy abordada en la práctica diaria, es la de orientar la labor del administrador más allá del mero plano de gestión, y abordar también una preparación en otras habilidades que le permitan minimizar los efectos negativos de estas problemáticas que, indudablemente, surgirán en la mayoría de las comunidades de propietarios.