C&M Administración de Fincas

Administradores de fincas en Tres Cantos - Comunidad de Madrid

4. HABILIDADES SOCIALES

Además de una correcta gestión y un elevado compromiso con las comunidades de propietarios, existe otra labor crucial a desarrollar en la administración de fincas: un buen manejo de las habilidades sociales. Las capacidades orientadas hacia dichas habilidades representan un valor añadido muy importante que puede ser aportado por el administrador de fincas a las comunidades de propietarios.

 

Una comunidad de propietarios no deja de ser una organización humana en la que las relaciones pueden llegar a ser muy complejas, especialmente debido a la dificultad para encontrar puntos de acuerdo entre los diferentes intereses. La capacidad para gestionar los conflictos se convierte así en una necesidad en muchas comunidades de propietarios. 

 

Las destrezas sociales permiten construir y generar confianza, resolver conflictos o, simplemente, no generarlos. El administrador de fincas debe mantener una distancia y un equilibrio emocional ante las problemáticas de los propietarios, especialmente en las Juntas, y aplicar sugerencias que faciliten la comunicación y mejoren el adecuado desarrollo de las reuniones y de los proyectos a llevar a cabo. El administrador nunca debe ser un obstáculo en la negociación, sino más bien un puente entre los diferentes intereses que facilite el acercamiento de posturas y el acuerdo en beneficio de la Comunidad. Igualmente, tampoco ha de defender otros intereses que no sean los propios de la Comunidad de propietarios, puesto que una de sus principales funciones es el mantenimiento del valor de la finca.

CAUSAS Y ELEMENTOS DE UN CONFLICTO

 

Las causas más habituales en el origen de los conflictos de una comunidad no son muy diferentes de los que podemos encontrar en cualquier conflicto social. Habitualmente tienen tres orígenes principales:

 

 

  1. Problemas relacionados con la gestión diaria de la propia Comunidad: las comunidades de propietarios, en su gestión diaria, presentan un abanico muy grande de situaciones y variables que pueden afectar a las personas y a sus relaciones. Una clara programación de las actividades necesarias por parte del administrador de fincas, enfocada siempre desde la óptica de la proactividad, permite adelantarse a los problemas y minimizar los riesgos y efectos negativos de un trabajo a destiempo.  
  2. Problemas de comunicación: Son habitualmente origen de muchos de los conflictos en la vida social de una Comunidad. Los errores en los procesos comunicativos en una comunidad de propietarios pueden afectar directamente a la convivencia, generando errores en la interpretación de las diferentes problemáticas que se presentan en la Comunidad. Las consecuencias son: malentendidos, desinformación, comunicaciones poco claras o transmitidas a través de terceros. Todo ello puede acabar afectando a la forma de relación entre los copropietarios entre sí, y también con la Junta de Gobierno de la Comunidad, generando una tensión innecesaria y muy perjudicial para el correcto funcionamiento y convivencia de los miembros de la Comunidad.
  3. Cuestiones de tipo personal: Son todos aquellos elementos que conforman valores y preferencias individuales; dependen de la diversidad de la Comunidad y explican el modo de ser y las diferencias personales que existen entre los propietarios de una Comunidad. Las percepciones individuales, en muchas ocasiones, son la causa de reacciones negativas frente a otros miembros de la comunidad de propietarios. La razón de estas reacciones negativas reside, normalmente, en deseos y aspiraciones de tipo individual o colectivo que no han sido satisfechos, lo que genera un sentimiento de frustración, de falta de reconocimiento como miembro de la Comunidad y de ausencia de respeto por los propios derechos, entre otros.

 

Una tarea emergente en la administración de fincas, y aún no muy abordada en la práctica diaria, es la de orientar la labor del administrador más allá del mero plano de gestión, y abordar también una preparación en otras habilidades que le permitan minimizar los efectos negativos de estas problemáticas que, indudablemente, surgirán en la mayoría de las comunidades de propietarios.